La sequía que persistió en otoño ha desencadenado una emergencia hídrica en gran parte de España. Casi el 50 por ciento del área del país sufre de falta de precipitaciones.

España se enfrenta a su peor sequía en más de 10 años. Muchas regiones y municipios están obligados a tomar medidas de ahorro de agua. La situación es cada vez más crítica en Sevilla en el sur y en Cataluña en el noreste del país.

En Cataluña, con su capital Barcelona, ​​lleva en torno a dos años lloviendo mucho menos que la media de años anteriores. Los embalses que abastecen a la región densamente poblada están actualmente llenos en poco más del 30 por ciento.

Si no se hubiera construido una planta desaladora de agua de mar en El Prat, cerca de Barcelona, ​​tras la última gran sequía de 2008, habría restricciones en el consumo de agua desde el pasado verano. El sistema está funcionando actualmente a toda velocidad.

Debido a la sequía persistente, el gobierno regional ordenó restricciones en el consumo de agua en más de 500 municipios de Cataluña, especialmente para la industria y la agricultura. En muchos lugares, la ordenanza restringe también el llenado de piscinas y el riego de jardines, parques, campos de golf y lavado de coches.