El impacto de la crisis climática: Desertificación de las marismas españolas
La escasez de agua en las marismas de Doñana, en el sur de España, supone una grave amenaza tanto para la fauna local como para los cultivadores de arroz. El pintoresco paisaje, conocido como el santuario de aves más famoso de Europa, está experimentando un preocupante descenso de los niveles de agua como consecuencia de la escalada de las temperaturas globales.
Sergio Asián, guía de fauna salvaje afiliado a la organización Living Doñana, ha observado un descenso en la cría de aves y una disminución de la supervivencia de las especies en la región. Esto supone una importante amenaza para la biodiversidad de la zona. Al estar situada en rutas migratorias críticas para las aves, el impacto de estos cambios es especialmente preocupante. Sergio subraya la importancia de abordar este problema para salvaguardar el bienestar de las poblaciones de aves migratorias.
Los arrozales se secan
Con una superficie de 37.000 hectáreas, Doñana no sólo es un paraíso para la fauna salvaje, sino que también abarca vastos arrozales. Estos campos dependen de una compleja red de estaciones de bombeo que desvían el agua del río Guadalquivir para regar los cultivos. Sin embargo, en el proceso de asignación del agua se plantea un problema importante.
Sergio señala las zonas de arrozales en el mapa y explica la preocupante situación.
“En los últimos tres años ha disminuido considerablemente el agua dulce que fluye desde los embalses de las montañas hasta el océano Atlántico. Como consecuencia, el agua salada del océano se ha ido acercando a los arrozales. Este año, el agua de riego contiene unos 3 gramos de sal por litro, una cantidad demasiado alta para el crecimiento óptimo del arroz”.
Desde hace tres años, el intenso calor azota la explotación arrocera de José Daniel Carbonell. La situación hidrológica alcanzó un punto crítico en 2022, cuando José y sus compañeros agricultores experimentaron una reducción del 70% en el suministro de agua. Como líder del sindicato de arroceros, José tomó la difícil decisión de cultivar sólo el 30% de sus arrozales en respuesta a la escasez de agua.
Los agricultores piden ayuda de emergencia
“Este año, el déficit de agua ha empeorado”, explica. “Como consecuencia, se decidió asignarnos sólo el 11% del volumen de agua disponible. Además, en el sector arrocero de los alrededores de Sevilla se ha decidido no cultivar arroz en absoluto”.
En respuesta a la grave situación, España ha hecho una petición urgente a la Comisión Europea, instando a un mayor apoyo para ayudar a los agricultores en apuros de la región.
“Este suelo arcilloso se seca y forma pequeños terrones”, explica José. “Esto lo hace inadecuado para cultivar cereales o cultivos hortícolas. En las marismas del Guadalquivir, la única opción viable para el cultivo es el arroz, y eso sólo se consigue inundando la zona.”
José nos invita a visitar su almacén, donde guarda el arroz cosechado el año pasado. Todo el sector está completamente parado, lo que supone una desafortunada noticia para el pueblo de Isla Mayor. Este pueblo se fundó hace un siglo con el propósito de asentar a los cultivadores de arroz en las marismas.
José expresa su profunda preocupación por la situación:
“El estado actual es lamentable y potencialmente catastrófico para muchos agricultores”.
La amenaza de desertificación se cierne sobre dos tercios de España, lo que indica que la crisis climática ha comenzado de verdad.